Como nos decían en un comentario "éramos pocos y parió la abuela". EA se divide en 2 surgiendo un nuevo partido denominado Alkarbide. Del PNV surgió EA y de EA, Alkarbide. Con ello en estos momentos tenemos queriendo representar al electorado abertzale a PNV, EA, Alkarbide, Aralar y Batasuna sea cual sea el nombre que tengan en cada momento. Por otra parte y siguiendo con los grupos que defienden el derecho de autodeterminación también tenemos a EB que antes iba con los verdes y de los cuales se separó, y la escisión liderada por Oscar Matute (alternatiba eraikitzen). Muchas siglas para poco espacio. Antes existieron otras muchas, pero últimamente y cuando algunos no hacen mas que hablar de polos, nos estamos "atomizando" unos, mientras otros se fusionan en la entente PPSOE. ¿Por qué? porque tienen un objetivo y sentimiento común y saben hacer de la necesidad virtud.
Lo de EA, no sabemos qué futuro puede tener, sus actuales dirigentes les están llevando a un camino con difícil salida. Por su parte, la corriente Gipuzkoana, ahora partido, si actúa de acuerdo a lo que ha estado defendiendo públicamente, lo más lógico sería que emprendiese una especie de acuerdo al estilo de CIU para colaborar electoralmente con el PNV manteniendo su independencia orgánica y funcional. Claro, que es complicado aliarte con alguien cuando ni siquiera has medido una sola vez tu peso o apoyo en las urnas. Así pues, quizá tenga que ir al menos una vez en solitario para tener una carta de presentación ante la sociedad y ante sus posibles socios.
En cuanto al famoso polo soberanista que pretende dejar fuera al PNV, tiene poco futuro. EA quiere pero no puede mientras sigan sonando las armas. Batasuna quiere pero casi nadie quiere con él. Aralar ya ha mostrado su rechazo a esta propuesta y al PNV son ellos quienes lo quieren excluir. Alkarbide por su parte se muestra en contra y de hecho ha sido una de las gotas que han colmado el vaso. Por tanto ¿qué clase de polo queda?.
Por último, una escisión es sin duda una mala noticia para sus afiliados y simpatizantes, y ahora que estamos en campaña electoral también puede sembrar desconcierto para el votante, que no sabe exactamente a quien vota ante una coalición en la que uno de los partidos no tiene claro el horizonte ni siquiera su propio destino como formación política
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