Gente sin nombre

Cada día, entre la maraña de chorradas y noticias que no los son, algunas cuestiones verdaderamente importantes pasan casi desapercibidas. En el siglo de la obsesión por la seguridad, cuando todo occidente pone un especial celo para que no se repita un 11-S y un 11-M, quienes se apropian en sus palabras de la bandera de la libertad…cometen también auténticas barbaridades. Ayer mismo eran atacados varios autobuses repletos de mujeres y niños en Afganistan. Oficialmente unas 33 personas fallecieron como consecuencia del ataque.
La trascendencia que le damos a las cosas, lamentablemente va ligada a un sentimiento de cercanía que no siempre tiene por qué ser física. También cercanía cultural, o simplemente depende de la situación económica y de quiénes tienen en este mundo la sartén por el Mango.
Si ayer hubieran sido 33 Estadounidenses los fallecidos, tendríamos especiales informativos durante varias semanas. Conoceríamos los nombres, a sus hijos o hijas, familias, su vida, alguna foto con el perro…picnics, sonrisas, edad, profesión…pero son Afganos. Gente sin nombre para occidente. Ayer fueron 33, hace una semana otra docena. Errores los llaman.
No abren informativos. No venden, y por tanto no sabemos quiénes son. Si tenían familia, cuales eran sus intereses, sus proyectos, sus ilusiones…no interesa. No son los primeros, ni tampoco, por desgracia, serán los últimos.
Hacer la guerra para llevar la paz. Imponer con las armas una supuesta libertad. Una locura, una obsesión. Gente sin nombre, paganos de una sinrazón.