martes, 22 de junio de 2010

Sobre la declaración del domingo. I

A raiz de algunos comentarios leídos en la red, parece que algunos quieren ver lo que no hay en nuestro post de ayer con respecto al acuerdo EA-Batasuna. Por eso vamos a ser más claros.
Si hay un proceso que nos va a acercar a la paz bienvenido sea. Y si hay un proceso que nos acerque a la colaboración entre abertzales partiendo de la premisa de la actuación desde vías exclusivamente democráticas, bienvenido sea también.

Ahora bien, también creemos que tenemos derecho a opinar.
El acuerdo del pasado domingo no presentó ni una sóla novedad con respecto a lo que ya sabíamos y por tanto con la expectación que se había levantado esperábamos mucho más.
Leyendo el acuerdo se ve con bastante claridad quién ha llevado el peso de su redacción y parece que EA se ha dejado arrastrar por el histórico complejo de quien no tiene un espacio político claro y definido en la política Vasca.
Parece que se juntan porque se necesitan. Uno tiene marca "legal" pero poco respaldo social, y el otro tiene masa social pero tiene restringidos sus derechos políticos por una ley injusta.

Ya lo dijo Tasio Erkizia hace una semana:
"ha habido "una evolución, tanto de ELA como de EA, en el sentido de ofrecer la mano y de plantear claramente que están dispuestos a llegar a acuerdos estratégicos y de dar pasos importantes", por lo que la izquierda abertzale, "viendo por una parte como actúa el Estado, como está la sociedad y las posibilidades reales, hemos considerado, antes de que sea tarde, que era el momento de dar ese paso hacia delante".
A lo que añadió:
"una cosa es lo que tú quieras y otra una realidad social zurda", aseveró, para preguntarse si "queremos que dentro de unos años Aralar sea el referente fundamental y perdamos todo el capital político de la izquierda abertzale".

Por tanto, la necesidad hace extraños (o no tanto) compañeros de viaje.

Bajando a la literalidad del texto, tiene muchas generalidades asumibles por gran parte de los abertzales de este país.
Por otra parte, en lo que corresponde al repaso que hacen de los últimos 30 años de historia ni siquiera se ponen de acuerdo y cada uno hace el suyo por separado.

Aunque siendo positivos, lo más importante quizá sea lo que no se dice. La escenificación en sí, y el convencimiento ( esperemos que así sea) de que la violencia en Euskadi tiene un final cercano y se abren nuevas vías para lograr la soberanía del pueblo. Así sea.

Por último, queremos destacar varias cosas que recoge el documento, que ya habíamos oido últimamente pero que nos parecen importantes:

 El reconocimiento de que cada territorio tiene sus ritmos.
Que la soberanía sólo será posible si entre todos somos capaces de sumar voluntades y de avanzar de manera progresiva, paso a paso  hacia la independencia.

 Argumentos que hemos oído desde hace tiempo por parte de otro partido al que se le ha llamado por ello absolutamente de todo. Pero bienvenidos sean.

Seguiremos en otro post.

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