El capitalismo está en crisis. Lo que hasta hace poco nos vendían como el paradigma de la libertad, el “sistema perfecto en el que se recompensa el esfuerzo y la valía” ya no sirve. Y no lo decimos quienes nunca hemos estado de acuerdo con un modelo económico que favorece a las clases altas en contra de las necesidades de los mas pobres. Lo dicen incluso quienes han sido sus máximos valedores. Como país, podríamos hablar de EEUU como su máximo exponente, y la semana pasada asistíamos a la intervención del estado en las empresas. Intervencionismo puro que no se puede disfrazar de movimiento puntual al albur del momento económico mundial. Oíamos decir al presidente de los empresarios Españoles que el estado debe hacer un “paréntesis en la economía de mercado”. Es decir, ahora que no les va tan bien, piden a todos que les ayudemos con nuestros impuestos. Socializar pérdidas-privatizar beneficios. O ¿dónde están los beneficios de años anteriores?. Miles de millones de Euros se han repartido los últimos años entre los miembros de los consejos de administración y/o entre los accionistas mayoritarios de las empresas. Habría que pedir que inviertan ese dinero ahora que sus empresas necesitan “liquidez”.
Pero lo cierto es que esta crisis ha demostrado que lo que la presidenta de argentina ha definido como “sistema económico de casino” no tiene futuro. La especulación, los beneficios exponenciales deben terminar. Pero no sólo es un papel que deben jugar los estados y las empresas. También la gente de a pié debemos interiorizar que la ambición tiene un límite y también unos riesgos. Mucha gente ha jugado a la especulación con los pisos y demás. Compro por 30 aunque no lo necesite y vendo por 40 en 6 meses. Hace falta un cambio en el sistema. Un cambio en la cultura general que nos ha llevado a esta situación que todavía puede empeorar.
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