lunes, 7 de diciembre de 2009

La dignidad tiene nombre de mujer


Foto: Público
Han pasado 3 semanas desde que Aminatu Haidar se declaró en huelga de hambre. Su situación, según dicen, es ya muy delicada.
Durante estos días hemos oído de todo. Muchas tonterías sobre todo. Como quienes pretender quitar hierro al asunto diciendo que de noche come a escondidas. Los mismos que se preguntan...¿pero qué c...quiere esta tía? ¡Le ofrecen la nacionalidad Española y es capaz de rechazarla!
Marruecos por su parte exige que pida perdón al Rey de Marruecos para que pueda regresar con los suyos. La vida al revés. Una mujer que no hace mas que defender su dignidad individual y colectiva, obligada a pedir perdón a quien tiene oprimido a su pueblo. Una mujer que ya pasó además varios años en las conocidas como "cárceles secretas" de Marruecos y conoce de primera mano el sufrimiento.
Y España...no sabe qué hacer. Le ofrecen de todo, pero sin entrar en lo mas importante. Y es la responsabilidad que tiene en la situación del Sahara. Salieron por patas en los últimos tiempos del Franquismo, y allí les dejaron tirados para afrontar la que es conocida como "marcha verde". Una especie de "reconquista" para Marruecos, y en realidad una nueva invasión que ya dura demasiado para el pueblo Saharaui. Muchos viven el exilio, mientras otros sufren la ocupación. Mala o dificil salida tiene todo esto. Marruecos tiene grandes aliados, y el Sahara, muchos apoyos individuales y poco interés de los poderosos.
España sabe que Marruecos le tiene cogido por ahí. Acuerdos de pesca, de inmigración, relaciones Reales...y de todo tipo. Y con el tío Sam de Aliado.
Pero es en estos casos, y no pidiendo de rodillas inclusiones en los G20s, donde se ve lo que de verdad pinta un Estado en el mundo. Y por lo que parece, España pinta muy poquito. ¿Y donde esta Europa? Constitución Europea, incursiones aquí, allá, ONU, OTAN...todo para nada. La legalidad internacional, cuando quieren, se la pasan por el forro. En fín...
Hay que reconocer la valentía de esta mujer, que pone su dignidad personal y colectiva por encima de su salud. Le deseamos toda la suerte del mundo y...por supuesto deseamos la libertad para el pueblo Saharaui.

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