La primera vez que oímos que Amaiur se presenta a las elecciones sin programa creímos que se trataba de un mero recurso electoral del adversario. Pero la sorpresa fué relativa cuando comprobamos que en efecto ni existe ni se le espera.
Lo podíamos esperar de la formación que parece ser el tronco de esta coalición, pero no de partidos como Aralar o EA, quienes a la vista de los acontecimientos parecen poco mas que la comparsa. Y a colación de esto, se ven y comentan algunas cuestiones sobre posibles desencuentros, que ya comentaremos después de las elecciones.
Y como el tema del "no programa" no ha pasado inadvertido, los representantes de la nueva formació han dicho casi de todo a modo de justificación. "Esto es mas que política, es un sentimiento" decía su portavoz. Y diríamos nosotros. Esto debe ser más que un sentimiento. Debe ser política. Porque la política es la gestión de los recursos de todos. Es hacer propuestas y tomar decisiones.
Pero rizando el rizo, en un mitin reciente hablaban de cuál es su objetivo. Que cuando en Madrid vean los resultados digan "ostiá cuantos son". Eso es todo. En primer lugar, parece que no hacen otra cosa que mirarse el ombligo. El domingo, el lunes, y los días posteriores en Madrid estarán a otra cosa. Unos lamiéndose las heridas y otros relamiéndose por volver al poder después de 8 años con una mayoría que todo apunta a que será muy amplia. Lo realmente importante empieza después. Cuando hay que trabajar. Por eso es fundamental saber a qué se va y cómo se van a plantear las cosas. En el caso de Amaiur no sabemos si irán de vez en cuando ni tampoco a qué una vez hagan su particular recuento de votos.
Sería muy positivo tener 2 grupos parlamentarios abertzales fuertes para defender nuestros intereses como pueblo. Pero lo sería si ambos grupos tuvieran claro qué van a proponer, qué van a defender, y también, por qué no, en qué pueden colaborar.
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