Esta noche arranca oficialmente la campaña electoral. 15 días de falsas sonrisas en busca del voto. Eso es lo que realmente importa. Que introduzcamos una papeleta en una urna. Que vayamos a votar y que lo hagamos en un sentido concreto. Después 4 años de olvido. Es el único período en el que los políticos recuerdan que están al servicio del ciudadano y no es este quien esta a los pies del señor. Claro que no hay que ser negativo. Seguro que hay muchos alcaldes y concejales que crees en lo que hacen y que tienen bien claro un sentimiento de servicio al pueblo.
Veo en las marquesinas, una imagen con sonrisa forzada portando una carpeta sobre un fondo rosa. Nunca se ha caracterizado el PNV por realizar unas espectaculares campañas de imagen, pero creo que esta vez se ha pasado.
En Larrabetzu algunos hablan de ilusionistas dando a entender que un tercer grupo no tiene sitio en nuestro pueblo. Es cierto que hasta ahora no ha existido esta alternativa, pero hay que ser respetuoso y dejar que hable el pueblo. Y nunca mejor dicho. Veremos que resultados obtienen en las urnas.
Es difícil que el PNV baje de los 500 votos (644 en 2003) que en principio le darían 5 concejales. También ANV (o lo que representa) tiene un electorado muy fiel y es complicado que baje de los 300, lo que en principio aseguraría 3 concejales. ¿Y ese noveno concejal? Eso es a priori lo que se va a dilucidar el próximo día 27. Veo complicado que sea de otra manera.
Si esta nueva candidatura logra algún concejal no sería un fracaso de ninguna otra. Simplemente sería reflejo de la voluntad popular, y así debieran verlo todos. En caso de que no lo obtengan, simplemente sería la constatación de que de momento las posiciones de los Larrabetzuarras están muy claras en sus referencias políticas de siempre.
En fín, que nadie se ponga nervioso. La gente tiene memoria y conoce quien es cada cual, que propuestas tiene, que ha hecho, como ha actuado. Si votan una tercera opción, quizá sea porque están cansados de muchas cosas, quizá sea que siempre han querido hacerlo pero no han podido. O puede que simplemente lo prefieran a otras opciones. Quien sabe. En todo caso, esta vez no se podrá decir que los resultados no son justos, limpios o democráticos. No en nuestro pueblo.
Comienza la cuenta atrás…
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