Hoy ha sido el día internacional contra el racismo y la xenofobia, y poco más de 200 personas nos hemos manifestado por dicho motivo por las calles de Bilbao. Negros, blancos, Gitanos...gente en definitiva que creemos en la multiculturalidad como uno de los principales valores que deben marcar el siglo XXI y no creemos que el color de nuestra piel nos haga mejores o peores que los demás.
Lejos de las multitudes que caracterizan otras convocatorias, era la alegría la que imperaba en esta. Música de Fermín y Manu Chao acompañaban una marcha con uno de los fines mas dignos y necesarios por los que se puede luchar.
Aún hoy en día hay quien ve en la diferencia un peligro, una amenaza. La sociedad evoluciona, también en este aspecto, pero no a la velocidad que debiera. La ley dice que todos somos iguales, pero la realidad nos dice algo muy distinto.
Miles de personas mueren persiguiendo un sueño. Llegar a la tierra prometida. Una tierra que sólo existe en sus sueños. Sueños alimentados por series televisivas que restriegan por sus caras aquello que nunca han podido tener. Aquello que nunca han podido comprar. Escapan de la miseria, de la guerra, o simplemente quieren cambiar, conocer un futuro distinto. ¿acaso no tienen derecho?
La noche ha acabado escuchando una bonita voz negra. Ayo, alemana, hija de africano y Gitana, nos ha amenizado la velada en el Cotton Club de Bilbao. Por desgracia me he pasado medio concierto viendo la foto de otro “allo”. En este caso la foto de "Diego Vasallo” que estaba colgada en la pared que separaba mis ojos del punto en el que ella “Ayo” tocaba, cantaba, emocionaba en definitiva a quienes hemos tenido la suerte de conseguir una invitación en Euskadi Gaztea.
Bonito día, bonita noche. Buen momento para recordar que todos somos iguales en la diversidad, y que la variedad enriquece una sociedad. Creamos en la nueva Euskadi, creamos en la nueva Europa.
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