Autonomía política

La falta de autonomía se plasma de muy diversas formas. Comienza desde un plano individual, cuando los miembros de un partido siguen a pies juntillas las directrices de sus ejecutivas. La locomotora partidista aplasta la libertad individual hasta su bien mas preciado. La libertad de pensamiento. Este queda anulado en virtud de intereses mas generales. Intereses que en ocasiones no sabemos a qué obedecen. Si a un bien supremo o a una poltronitis aguda que se ha convertido en epidemia hace ya mucho tiempo.

Nos acostumbramos a frases vacías de contenido:

“Navarra será lo que quieran los navarros”… Siempre que lo que quieran coincida con lo que quieran desde Madrid claro.

“No se puede pactar con quienes quieren que Navarra deje de ser Navarra”. O mas bien con quienes quieren que Navarra sea Navarra y no un apéndice del sacrosanto estado Español. ¿verdad?

“No imponer, no impedir”. Que se lo digan al PSOE.

¿Es que no aprendemos nada?. Este PSOE es el mismo con el que algunos tratan de lograr un pacto transversal. El mismo que “cepilla” el estatut de Catalunya, y que marca que el límite está en las leyes que ellos mismos crean. No se puede jugar con las cartas marcadas. Y es así. Aquí, ellos ponen la baraja, juegan con mas cartas, , y además cuando creen que pueden perder un juego, se retiran de la partida para empezar de 0.

De todas formas, y volviendo a la autonomía política. La falta de la misma es algo común a todos los partidos. Algunos se rasgan las vestiduras porque el comité federal del PSOE sea quien marca la política de pactos. Un ámbito “superior” marca el camino a un ámbito “inferior” dentro de una misma estructura. Pero ¿y qué hacen los demás?. ¿Quién marca los pactos incluso en los municipios? Basta recordar lo que ha ocurrido en localidades como Azpeitia, que han sido noticia por no seguir las “directrices” de las ejecutivas nacionales de sus partidos.

Y que conste que me parece mal. Y más desde un punto de vista abertzale. Pero el PSN hoy por hoy es parte del PSOE.

¿Y que pasa en Ondarroa y Mendexa?

Quien dice estar en contra de una ley no puede beneficiarse por la aplicación de la misma. Es como si (en otra época) estuviésemos en contra de la esclavitud, pero ya que está…
Se está o no se está. Y más cuando hay cauces para hacer las cosas de otra manera. El pueblo habla y hay que respetarlo. Independientemente de la ley española.

Algunos dirán, y con razón, que Batasuna no pone las cosas fáciles, por las amenazas, etc. Si. Pero las convicciones democráticas, si son profundas, deben prevalecer en todos los casos. ¿O actuamos en función de lo que hagan los demás?

Además. ¿Acatamos todas las leyes?. Entonces ¿a qué vienen las manifestaciones frente a los juzgados cuando llevan al lehendakari?. Dejemos que la justicia actúe y ya está. Y si mañana ilegalizan al PNV pues también, y si pasado mañana…¿Dónde queda la dignidad?

Es cierto, no obstante, que Batasuna y su entorno lo ponen todo tan difícil…

Los partidos están para dar soluciones y a veces parecen no dar mas que problemas.